ME GUSTAS... ¿TE GUSTO?

Por Rogelio Baillères
Contacto: rogelio@lofttampico.com

 «A veces el reto no es enamorarse, sino saber qué hacer 
cuando se está enamorado»

La mayor parte del tiempo atesoro el deseo de conocer a alguien de quien me pueda enamorar. A diferencia de algunos de mis cercanos, no me es sencillo sentir algo especial por alguien así como así. Mi forma de ser es muy peculiar, y el conectar con alguien genuinamente no me es algo rutinario, sin embargo… ¿Qué sucede cuando encontramos a esa persona? Yo lo conocí hace un par de años, y la pregunta a seguir después de que apareciera en mi vida fue ¿sentirá el por mi lo que yo siento por él?

Llegó en el momento menos oportuno; una etapa de mi vida en la cual yo me encontraba de lo peor en muchos aspectos (físico, emocional, mental, etc.) Lo conocí por medio de amigos en común en una reunión social. El verle me intimidaba y ahí es donde supe que me gustaba. Al tomar valor y hablar con el, me dí cuenta que me recordaba mucho a mi mismo en el pasado. Una etapa donde me encontraba muy bien conmigo mismo, y es ahí donde me comencé a enamorar de él.

Tras mi sentir me esforcé por conocerlo mejor e involucrarme más con él. La verdad es que me gustaba mucho en quién me convertía yo al estar a su lado, ya que sin que él hiciera nada, lograba sacar lo mejor de mi. Mi vida comenzó a mejorar de muchas formas; perdí peso, comencé a leer más, emocionalmente me encontraba de lo mejor y profesionalmente me tornaba imparable. Lo mágico de todo esto es que tras su ejemplo, aprendí que uno puede gozar de las cosas sencillas de la vida. Recurría por atesorar los momentos simples y espontáneos. Mis sentimientos por el cada día incrementaban muchísimo, hasta que llegó el momento en que decidí hacer algo al respecto.

Después de 4 meses de convivir significantemente con el, una noche lo invite a salir y tomar unas cervezas y platicar (cómo frecuentemente lo hacíamos), sin embargo, tras agarrar un poco de valor, decidí que era momento de confesarle lo que sentía. Antes de hacerlo, me fue difícil experimentar que en nuestra plática sucedió algo inesperado que no había sucedido antes; él me comenzó a platicar sobre otros hombres que le parecían atractivos.

¿Qué hago ahora? ─Me pregunté a mi mismo. Lo tenía frente a mi, en su más esplendido ser y las señales en ese momento indicaban que él solo me veía cómo un amigo. Me era confuso ya que su trato hacia mi persona era muy especial, al menos así lo percibía yo y mis cercanos. ─¿Me habré estado engañando a mi mismo todo este tiempo? - En ese momento mis inseguridades invadieron mi ser, pero ese mismo temor fue el que me empujó a ser honesto de todas formas y averiguar de una vez por todas que iba a suceder entre él y yo.

Tengo que decirte algo ─Le dije de forma serena. Él prestó atención y ahí fue cuando dije lo siguiente: La verdad es que desde que te conocí, sentí algo especial por ti. De muchas formas has cambiado mi vida para mejor y por eso siempre te estaré muy agradecido. La verdad es que me gustas mucho, y personalmente te veo más que como solo un amigo… Él estaba a punto de decir algo cuando lo interrumpí abruptamente y expresé lo siguiente: No, no tienes que decirme nada en este momento, pues, sé que solo me ves como un amigo y yo lo comprendo. Por lo mismo, quiero que nos alejemos un tiempo, pues estoy seguro que esto se me va a pasar y entonces podremos volver a la normalidad, como muy buenos amigos.

¿Qué me respondió? ¿Qué sucedió después? Se los cuento en mi próxima columna.