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«Mi abuela se fue de su vieja iglesia cuando el pastor comenzó un sermón contra los derechos LGBT.» fue el título que un joven compartió mediante redes sociales. Ahora de 20 años, el muchacho se sinceró con su abuela muy conservadora hace un año y actualmente son muy unidos, ella ha superado su prejuicios religiosos; desde hace meses se sentía incómoda en la iglesia a la que asistía por el antagonismo del sacerdote hacia la comunidad LGBT.
El sacerdote urgió a sus feligreses que ayudaran a un niño de la comunidad y que estaba presente en ése momento con su problema de homosexualidad, a lo que inmediatamente la orgullosa abuela corrigió: «Aquí hay muchos problemas, pero ser homosexual no es uno.» Pidió perdón al chico que habían sacado a la fuerza del clóset y salió por la puerta. «Publico ésto, porque la historia me hace sentir a la vez, felíz y triste, pero sobre todo orgulloso de ella.»
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